El caótico momento del fútbol boliviano deportivamente se ve reflejado en las copas internacionales.

Fuente: El Pais-Tarija

Diferentes factores como las peleas dirigenciales, economías no saneadas en los clubes, la falta de una segunda división competitiva, sumado a una etapa formativa caótica lleva al fútbol boliviano a una crisis deportiva en los torneos internacionales.

Después de la derrota de Always Ready ante Olimpia, la pregunta que los fanáticos del fútbol se hacen, es ¿qué sucede con el fútbol boliviano, que no puede despegar en los torneos internacionales?, teniendo en cuanta que el Millonario era el mejor perfilado para avanzar a los octavos de final en la Libertadores.

Mauricio Méndez, expresidente de la Liga y del club Wilstermann, en un análisis del fútbol nacional cree que son diferentes factores que generan esta pobre participación nacional en la Copa Libertadores, Sudamericana y que también se refleja en la Selección nacional.

“La realidad del fútbol boliviano es la que estamos viviendo este año, porque creo que lo que sucedió con Wilstermann en los últimos años fue un lunar, prueba de ello es que se desarma Wilstermann sumado a las cinco lesiones de sus jugadores y se convierte en  un equipo boliviano más, motivo por el que no logra el éxito deportivo y lo más probable es que quede eliminado.”, dijo Méndez.

En los últimos años Bolivia llegó a los cuartos de final con Wilstermann en la Libertadores de 2017 y los octavos en la Libertadores de 2020.

Para Méndez una de las razones para que el fútbol nacional tenga esta realidad, es que está viviendo “la peor crisis dirigencial de la historia del fútbol boliviano. Nunca antes hemos tenido una dirigencia con tal incapacidad para resolver problemas, porque problemas siempre los hemos tenido, pero lo que hoy tenemos es incapacidad para la resolución de problemas”.

El expresidente de la Liga, argumentó que nunca antes se habían parado tantas veces en un campeonato, ya sea por temas de Fabol, federativos,  dirigenciales.

Casi la misma opinión tiene el entrenador de Real Santa Cruz, Néstor Clausen, quien participa como panelista en el programa de análisis de Tigo Sports, en la que aseguró que “el señor (Fernando) Costa podrá ser un gran empresario ¿pero que conoce de fútbol?, el señor Blanco ¿está capacitado para dirigir la Federación?, ¿qué dirigente está capacitado para mejorar el fútbol boliviano?, yo les puedo asegurar que don Carlos Chávez, que está allá arriba se debe estar riendo de todo lo que le criticaron, y puedo asegurar que con Carlos Chávez el fútbol estaba mejor”.

Dentro de los problemas dirigenciales se suman las divisiones que existen en las asociaciones como la de Cochabamba y ahora en La Paz, que influyen en el nivel formativo de los jugadores.

“No existen instituciones formativas de base que puedan coadyuvar a la generación de figuras consolidadas que lleguen ‘bien formadas el fútbol profesional’”, dice Méndez, a tiempo de indicar que una posible solución podría ser que el  “Estado intervenga en la formación de los jugadores, no que intervenga en la Federación, sino en la formación de valores”. Algo que sin embargo, tampoco en este momento es factible, por la situación que tiene el Viceministerio de Deportes.

Otro factor que incide en el nivel que tiene Bolivia es que no existe un torneo de segunda división competitiva, en la que los jugadores juveniles puedan sumar minutos y llegar a los 18 o 19 años al fútbol profesional con un nivel futbolístico consolidado para pelear un puesto, no por cupo, sino por desempeño. Para Méndez la Simón Bolívar no cumple esa función.

Falta de ritmo de competencia

Si bien la falta de ritmo de competencia puede ser un factor que puede incidir en el nivel de cualquier equipo, no es el mayor en el fútbol boliviano.

“Evidentemente la falta de competencia puede ahondar la crisis, pero si se fijan los equipos bolivianos que están participando en los torneos internacionales, están disputando con sus equipos suplentes el torneo doméstico, entonces esa falta de competencia de alguna manera no es la causante, porque los equipos prefieren jugar el torneo local con suplentes para no arriesgarlos para que no se cansen y es una muestra clara de que los problemas de fondo son otros”.